jueves, 26 de diciembre de 2019

Antoni Serer Reguart


ANTONI SERER REGUART

Antoni Serer Reguart nació el 22 de septiembre de 1940 en la calle Navardera, del Grau, muy cerca de la Escalera Real.

Empezó sus estudios artísticos a los 13 años, trabajando con su padre que era pintor mural.

En 1953 comenzó en la escuela de artes y Oficios de la calle Gil y Morte, trasladándose después al barrio del Carmen. Hizo prácticas de retratos en la escuela Barreira y de desnudos en el Círculo de Bellas Artes.

Ha llevado término exposiciones en Valencia, Castellón, La Coruña, Torrevieja y Locristi-Gante (Bélgica).

Entre sus obras destacan las naturalezas muertas, retratos, marinas, pallasos o motivos graueros como el Cristo del Grau. Hay que nombrar la ilustración de la Enciclopedia Valenciana, la expuesta en el Palacio de Dos Aguas, el Palleter y Las Cuevas de Benimàmet.

Murió en 2003. Siempre iba en bicicleta con su perro a su estudio en la avenida del Puerto.

Fue fundador de la comisión fallera Arquitecto Alfaro-Francisco Cubells en 1973. A la entrada del casal hay un mural suyo realizado en el año 1982.


NOTA: Este personaje fue presentado por la comisión fallera Arquitecto Alfaro-Francisco Cubells en Lo Cant de l'Estoreta Velleta de 2004.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Natzaret entre la mar i l'horta

Natzaret entre la mar i l'horta

El pasado 17 de octubre tuvo lugar la presentación del libro "Natzaret entre la mar i l'horta. Dels orígens fins el 1936", cuyos autores son Antonio Sanchis Pallarés y Ramón Arqués Grau.


Con esta publicación, Sanchis consigue completar la historia de los Poblados Marítimos, ya que cuenta en su curriculum con las correspondientes publicaciones sobre la Malvarrosa, el Grau y el Cabanyal-Canyamelar.

En esta ocasión, es solo la historia hasta el año 1936, prometiendo sus dos autores que ya están trabajando, sin prisa pero sin pausa, en la continuación que nos acercará la historia de Natzaret hasta nuestros días.

¡ENHORABUENA!

miércoles, 27 de noviembre de 2019

110 historias del Levante U.D.

110 HISTORIAS DEL LEVANTE U.D.
José Vilaseca Haro



Hace pocos días, nuestro colaborador de este blog José Vilaseca, realizó la presentación de su último libro '110 historias del Levante U.D.', en donde en 242 páginas, hace un repaso a la historia del club íntimamente relacionado con el Marítimo, en forma de relatos cortos cercanos, repasando hechos y personajes.

Sinopsis:
¿Y dices, abuelo, que tuvimos un entrenador-jugador al que llamaban Trencatobillos? ¡Y tanto! Juanito Puig, un fenómeno. Aunque no envió a nadie a la caseta con el tobillo en la mano... ¿Fue el que dio el centro con el que ganamos la Copa de la República? ¡No, hombre, ese fue Agustín Dolz! Por eso, en el fondo, gritamos: ¡Bombeja, Agustinet! Menudos jugadorazos, ¿siempre ha sido así? Uy, no creas. Hubo uno, que acabó comiendo chupa-chups, que casi nos arruina. ¡Y otro que se comió un supositorio! ¡Eso te lo ha contado tu padre, que es choto! También me ha dicho que jugasteis un año en Mestalla... Y así, anécdota tras anécdota, se acercan al estadio. Ciento diez años de yunque de la adversidad, de senda de los elefantes, que se borran de un plumazo cuando ese niño sonríe al escuchar las historias que le cuentan, y que forman parte de una Historia mucho más grande y fascinante. Bienvenidos a 110 historias del Levante U.D.

¡¡¡ENHORABUENA!!!

lunes, 25 de noviembre de 2019

El aeródromo de la Malvarrosa

EL AERÓDROMO DE LA MALVA-ROSA
Por Toni Sanchis

Difícil de imaginar, pero un hecho completamente cierto: la Malva-rosa se constituyó en campo de pruebas para el desarrollo de lo que llamaban la nueva ciencia de la navegación aérea. Ningún terreno más a propósito en València que esos tres kilómetros de pista desierta sobre la arena de la playa.

Después del primer intento frustrado que Olivert hizo junto al cuartel de Paterna, con un aeroplano a la velocidad de 60 kilómetros por hora durante treinta metros, el primer domingo de septiembre de 1909, la considerada primera exhibición pública tuvo lugar en la Malva-rosa, a cargo del aviador francés Mr. Julien Mamet. Siendo profesor de aviación en la escuela de Pau, fue contratado por los organizadores de la Exposición Regional para hacer una exhibición en la playa de la Malva-rosa, el 23 de mayo de 1910.

A todo lo largo de la playa se había acondicionado una pista de vuelo, vallada por sus extremos y con un hangar a unos 500 metros del chalet de Blasco Ibáñez. Llegado el momento, Mamet se sentó a los mandos del aparato Bleriot XI, con fuselaje de tubos de acero y alas de tela en un bastidor con tirantes de madera de fresno, avanzando en dirección a Las Arenas. Se elevó con rapidez y suavidad y, al llegar a la altura del balneario, viró hacia la izquierda adentrándose en el mar y volviendo de nuevo hacia Alboraia donde viró de nuevo, sobrevolando el chalet de Blasco para enfilar la pista de "aterrage". La gente estaba realmente asombrada, y dedicó al piloto constantes y estruendosas ovaciones. Este primer vuelo duró unos nueve minutos. El monoplano de esta primera prueba aérea, con la que se estrena la aeronáutica en Valencia, se conserva todavía como una joya en el Museo del Aire, en Cuatro Vientos, junto al autogiro de La Cierva.

A estas exhibiciones siguieron otras, que cada vez eran seguidas con más interés por toda Valencia. Un punto culminante de estas exhibiciones fue el llamado raid aviatorio de 1911, organizado con motivo de la Feria de julio. El día 29, desde las cuatro de la madrugada empezó a llegar gente, pagando cinco pesetas por la entrada al recinto. De los tres participantes, el primero que emprendió el vuelo fue Le Lasseur, que, a los cien metros del inicio de la pista, situado junto al chalet de Blasco, se elevó majestuosamente, acompañado por los siseos y los gritos de admiración de la multitud. Los otros dos participantes no culminaron el raid, pero Le Lasseur pudo aterrizar en Alicante tras una hora y 50 minutos de vuelo. Al día siguiente, regresó a la Malva-rosa, empleando casi el mismo tiempo: una hora y 54 minutos.

A partir de entonces, y hasta la inauguración en 1932 del aeródromo de Manises, la playa de la Malva-rosa fue el auténtico campo de aviación de Valencia.

El que realmente dio vida al aeródromo de Malva-rosa fue Alfonso Alarcón Artal, con su biplano de segunda mano "Havilland Moth", a quien bautizó como "Avión Valencia". En Malva-rosa construyó Alarcón una caseta-hangar, desde la que emprendía, con su mecánico Fermín Llopis, vuelos de propaganda, festivales aeronáuticos y viajes como aero-taxi a Castellón, así como vuelos alrededor de la ciudad al precio de 25 pesetas. Solo o acompañado, si el tripulante tenía agallas, a Alarcón le gustaba dar pasadas rasantes por los Viveros los días de fiesta.

sábado, 23 de noviembre de 2019

Bocetos de las Fallas 2020

Los bocetos de las Fallas que vamos a plantar en Blocs Platja este ejercicio 2019/2020:

Falla Grande. Artista Rafa Cheli. Lema: "No me faronetges". Sección 4ªA

Falla Infantil. Artista Borja Lorente. Lema "El meu món". Sección 4ª

domingo, 17 de noviembre de 2019



Jugando a la tradición es el cartel diseñado por el estudio De Sobte (Alejandro Dobón y Luna Julián) para la XXX edición de Lo Cant de l'Estoreta del Marítim de la comisión de la falla Blocs Platja. Los propios autores nos explican el significado del mismo:

"En el cartel de este año queremos mostrar el contraste entre las tradiciones de toda la vida y la llegada de las nuevas generaciones.

Cuando nos plantearon realizar este cartel, nos era imposible no acordarnos de nuestros ensayos en la falla. A través de las ilustraciones de los niños queríamos recordar nuestros paseos para ver si podíamos arrastrar el carro que montábamos y las odiosas pruebas de vestuario para parecer de otra época, que al final siempre solucionábamos con la ropa vieja de nuestros abuelos.

Por todo lo anterior queríamos que el cartel transmitiera, la fiesta infantil de una forma divertida, los niños jugando que se apoderan de todo el espacio y del cartel, queriendo demostrar así, que ahora es su turno de tomar el mando de las tradiciones, de cuidarlas y respetarlas pero sin perder su esencia y dándoles un toque de actualidad.

Queríamos que el cartel tuviera su propia narrativa, que pudiera contar una historia. La historia de una infancia fallera."

lunes, 28 de octubre de 2019

El tío Jaume


EL TÍO JAUME
Por José Vilaseca

Quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo, sabemos que Jaime Portalés, El tío Jaume, personificaba a la perfección ese corazón latente de los barrios marineros; granota y semanasantero, su figura trascendió el tiempo y las generaciones, convirtiéndose en esa clase de persona querida y recordada por todos pero, injusticias de la vida, en la que nadie pensaría para nombrar una calle o bautizar un parque.

Para la historia ordinaria, la que queda en las crónicas, El tío Jaume  fue uno de los pioneros que decidió sacar a la calle, de nuevo, a la Corporación de Pretorianos (aún sin penitentes), gracias a la recuperación de la imagen titular, conocida popularmente como "el Penchat" (que fue sacado de una buhardilla a través de un ventanuco, con una maroma sujeta al cuello), tras muchos años de ausencia. Sin embargo, su anecdotario era tan grande como su estatura.

Cuentan las malas lenguas que, aprovechando la forma en que El tío Jaume tenía de vivir las procesiones (vestido con su coraza, su casco emplumado, espada y escudo, avanzaba marcial como el centurión de aquella guardia pretoriana, impertérrito, como si fuera a conquistar la mismísima Germania sin volver la cabeza para nada), su cohorte decidió, una vez finalizada la procesión y sin cambiar el paso, tomar una ruta alternativa sin decirle nada a aquel aguerrido comandante, que rozaba los dos metros de estatura.

Y de tal guisa se lo encontraron sus vecinos del Cañamelar, un pie, luego otro, sin darse cuenta que la música se alejaba (porque quien siente la Semana Santa, sabe que los tambores y las cornetas se llevan en las vísceras, sin que el oído influya para nada), solo por la calle. Lo miraban sorprendido, como aquel monarca del cuento ‘El traje del Emperador’, sin atreverse a decirle nada, hasta que alguien exclamó algo así como:


-¡Tío Jaume, que la guardia te l’has deixat pel camí!

Fuera de esa Semana Santa Marinera que adoraba, y que lo convirtió en mito dentro de la siempre llamativa Guardia Pretoriana, podías encontrarlo en su papelería Mijares, de idéntico nombre a una de las peñas levantinistas que nació, creció y murió en el Marítimo. Como el librero de La Historia Interminable, se ocultaba tras estantes de libros y papeles que parecían infinitos, convirtiendo la pequeña tienda en un auténtico laberinto donde sólo él podía orientarse. 

Nuestro Tío Jaume era recuerdo de otros tiempos, donde el barrio era pequeño y familiar, y podíamos referirnos a él como tío sin temor a equivocarnos pues, de una u otra forma, teníamos la seguridad de que era nuestra familia. Cuando se fue, se marchó con él un pedazo de nosotros mismos, de esas casas de una sola planta, de los comercios de barrio, de las reuniones maratonianas en fallas y hermandades (pues eran tiempos de cambio constante), y que, como afirma el dicho, quizá no cualquier tiempo pasado fue mejor... pero sí seguramente más tierno.

lunes, 7 de octubre de 2019

Mariano Cuber


MARIANO CUBER
por Javier Mozas

Mariano Cuber Sagols fue un político valenciano de carácter republicano, que perteneció al Partido de la Unión Republicana Autonomista (PURA).

A principios del siglo XX, colaboró con el diario El Mercantil Valenciano, y poco después entró como Concejal del Ayuntamiento de Valencia, comenzando una prometedora carrera política. A principios de 1907 dimitió el alcalde Sanchis Bergón, y Cuber se hizo cargo de manera interina de la Alcaldía durante unos días, volviendo a su cargo de Concejal tras el nombramiento del nuevo Alcalde. Más adelante, de nuevo, el Alcalde Faustino Valentín, dimitió a finales de 1918, convocándose elecciones para el 1 de enero siguiente. Mariano Cuber se presentó a Alcalde y ganó la votación. Pero sólo pudo estar en el máximo cargo municipal unos meses ya que, en el mes de marzo de ese mismo año 1919, tuvo que dimitir por la huelga general que se estaba preparando.


Mariano Cuber (imagen de la Wikipedia)

Continuó muy vinculado a la política, de manera que durante el período de la II República, fue situado de nuevo en las primeras líneas. En ese momento militaba en el llamado Partido Republicano Liberal Demócrata, dirigido por Melquiades Álvarez, y fue llamado a ocupar la Subsecretaría de Estado de Instrucción Pública en mayo de 1935.

Entre sus obras publicadas, destacan el ensayo crítico Antisocialismo (editorial La Gutenberg, Valencia, 1933), y su obra cumbre Melquiades Álvarez, el orador, el hombre, el político, sus ideales, su consecuencia (editorial Reus, Madrid, 1935), considerada el programa político del melquiadismo, en el que se propugnaba el no intervencionismo estatal, como la economía y la cultura.

Mariano Cuber falleció en 1956.

PARA AMPLIAR INFORMACIÓN:
Paniagua Fuentes, Javier; Piqueras, José Antonio (2005): Diccionario Biográfico de Políticos Valencianos, 1810- 2005. Institut Alfons el Magnànim, Valencia, p.172.

lunes, 23 de septiembre de 2019

L'estacioneta de la Cadena


L’ESTACIONETA DE LA CADENA
Per Iván Esbrí



           Tal com esmenarem al capítol dedicat a l’estacioneta del Grau, els nostre Marítim va gaudir fins els anys 1990 d’un ambient molt ferroviari: tramvies i ferrocarrils estatals i de via estreta rodaven per no pocs carrers, avingudes i jardins actuals, obrats en quant els traçats foren alçats.


           El barri del Clot, el bloc Luís Jarabo i els Blocs Platja tenien especial vinculació amb els ferrocarrils de les Canteres del Puig-Port, Central de Aragón i Pont de Fusta-el Grau, del qual parlarem. De fet, als darrers mesos aquest ha sigut de nou notícia perquè està projectada una via verda que recuperarà la seua traça -i record- des de la confluència del carrer de Doctor Lluch amb l’avinguda dels Tarongers fins a la plaça de l’Aduana, on estava l’estacioneta del Grau, vora els Blocs Platja.


           A la frontera dels actuals barris de la Remonta amb el de la Malva-rosa es situava la sèquia de la Cadena, la qual donà nom a una de les quatres estacions originals de l’antic trenet al Grau. L’estacioneta de la Cadena va ser oberta el vint de juny de 1893, quasi un any després de la posada en servei de la línia de Bétera fins a l’Estació de Pont de Fusta i el Grau (07.07.1892), quan el Trenet era operat per la Sociedad Valenciana de Tranvías.


Estacioneta de la Cadena i subestació elèctrica en procés de desmantellament, febrer de 1990.
Foto Juan Coll Cardona.




           L’edifici de la Cadena responia al model d’estació de Quarta Categoria de l’antiga SVT. Açò era base quadrada, sostre a quatre aigües i planta baixa amb tres accesos: viatgers, despatx de billets i llar del Cap d’Estació. El 1933 es va fer una ampliació en la façana Oest afegint un nou departament i un terrat al sostre, fent d’aquesta estació un model únic en les tipologies dels edificis del Trenet.


           La platja de vies la formaven la via principal, la qual quedava al costat més pròxim de l’andana de l’estació, decorada amb plantans d’ombra; la via secundaria; una andana en illa, amb plantans d’ombra; i una via morta, que en temps donava servei a la fàbrica de briquetes de carbó Ballesteros (on hui està el Col·legi Cavite), i després va quedar reduïda fins el mateix moll de càrrega de l’estacioneta, on hi ha gent gent que recorda encara com pugaven els cavalls sementals del Quater de la Remonta als vagons-gàvia. En aquesta via morta en ocasions s’apartava una subestació elèctrica móvil que el Trenet emprava per reforçar el suministre de la catenària, que donava de continu altra d’obra.


           El trenta de gener de 1990 l’estacioneta de la Cadena era clausurada després de noranta-set anys de servei ininteromput, sent un dels epicentres de la jordana festiva per la desaparició del Trenet amb vora dos cents veïns i veïnes, la banda de la Unió Musical de Peixcadors i traques.


           Resulta difícil d’explicar -i d’imaginar- que el que hui és una simple parada de tramvia emmarcada per una avinguda, era una racó ídilic del nostre barri: l’estacioneta, el moll de càrrega, la subestació elèctrica, xaletets, les hortes, els jardins de la Clínica del Rosari, el bar Polit, la vista de l’Hospital Sant Joan de Déu, l’encreumament de les vies de RENFE…

Consultes:
-Joan Lluís Llop i Bayo, especialista en història del transport.
-AGUILAR CIVERA, I. (1995): Estaciones y ferrocarriles valencianos, València, Consell Valencià de Cultura, 144 p.
-ALCAIDE GONZÁLEZ, R. (1998): El Trenet de València, Barcelona, Prieto Tur Editor, 278 p.
-GOLF SÁNCHEZ, J.  (2019): La historia del Trenet de Valencia, autoedició 371 p.
“21 años del cierre del Trenet del Grau”, Iván Esbrí Andrés, Levante-EMV (consulta 18.09.2019).
https://www.levante-emv.com/valencia/2019/09/03/via-verde-unira-barrio-cabanyal/1917599.html “Un vía verde unirá el  barrio del Cabanyal con la Marina”, Levante-EMV (consulta 18.09.2019).

lunes, 9 de septiembre de 2019

El Campo de la Creu, sus orígenes

EL CAMPO DE LA CREU, SUS ORIGENES
Emilo Nadal y Vicente Marti

El Levante F. C., escogió para el alzamiento del campo de juego, unos terrenos en el Camino Viejo del Grao, en paralelo a la actual avenida del Puerto, junto a la calle de la Conserva y la travesía de La Cruz.

Vale para la construcción del nuevo campo de fútbol

No se sabe con exactitud el inicio de las obras pero hay movimientos reveladores en el verano de 1922. En el ayuntamiento de Valencia en la sección de Fomento hay un escrito fechado el 02/08/1922 y firmado por el máximo representante del Levante Ángel Fernández.

Noticia aparecida en la prensa local              Ubicación del Campo de la Creu                        

La construcción fue encargada al arquitecto Lorenzo Criado que, tras varias vicisitudes con el arquitecto del Ayuntamiento, logró al fin la licencia, no sin antes modificar el proyecto y, como no, pagar el consiguiente impuesto de 1380 pesetas por el cambio obligado.




El campo de la Creu fue el primer campo de fútbol con cubierta, kiosco de refrescos, y graderío de madera para los espectadores. El local tiene aseos y botiquín, según informe del arquitecto del ayuntamiento al alcalde Luis Oliag.



Después ya vendrían otros campos de fútbol, al año siguiente en 1923, como el Atlético El Metropolitano, Los Cármenes de Granada, o el Mestalla del Valencia; y en 1924 el de Chamartín del Real Madrid o La Condomina del Murcia. O el Stadium Gimnástico ubicado en el cauce del río entre el puente de la Trinidad y del Real también sobre la misma fecha.



Información del libro; Levante, Inicios
Fotos del mismo libro.

domingo, 7 de julio de 2019

CALLE OTUMBA


CALLE OTUMBA
Javier Mozas Hernando

Batalla de Otumba. 7 de julio de 1520 [Fuente: Wikipedia]

Otumba está situada en los Llanos de Otompan (México). Pero no se le puso el nombre ni por ser un lugar conocido ni turístico. Hace referencia a la batalla que tuvo lugar tal día como hoy de hace casi 500 años. Fue uno de los episodios destacados de la historiografía en el devenir de la conquista de Tenochtitlan (México) por Hernán Cortés.

Corría el año 1520. Tras el ataque por sorpresa de Hernán Cortés y sus aliados los tlaxcaltecas a los mexicas en su Templo Mayor mientras celebraban su tradicional ritual del mes tóxcatl, dedicado a Tezcatlipoca. Este triste episodio es conocido como la ‘Matanza de Tóxcatl’, por el cual, los tenochcas se rebelaron, matando a Moctezuma y asediando a los españoles.

Los españoles, bajo el mando de Hernán Cortés, eran muy inferiores en número y empezaban a escasear los alimentos, por lo que decidió emprender la huida durante la madrugada del 30 de junio al 1 de julio. Los mexicas lograron reunir un grandioso ejército junto a otros pueblos limítrofes, que emprendió la persecución del menguado ejército español —formado por unos 500 soldados—.

El 7 de julio de 1520, HOY HACE 500 AÑOS, el ejército mexica dio alcance al español en Otumba y lo rodeó. Durante horas estuvieron peleando, hasta que al final, Cortés consiguió romper el cerco, alcanzó y mató al jefe militar mexica —el cihuacóatl Matlatzincátzin—, y se apoderó de su estandarte, retirándose el ejército mexica al no tener jefe.

De esta manera, el ejército español pudo continuar su marcha, llegando a territorio amigo tlaxcalteca, donde pudieron descansar y recuperarse de las heridas. Se reafirmó el pacto con dicho pueblo para sitiar y conquistar Tenochtitlan, capital del pueblo mexica, hecho que sucedió meses más tarde, el 13 de agosto de 1521, en que fue apresado Cuauhtémoc.

Bibliografía para ampliar información:
Aguilar, Francisco de (2003). «Relación breve de la conquista de la Nueva España». En Germán Vázquez Chamorro. La conquista de Tenochtitlan. Madrid. pp. 149-198
Alva Ixtlilxóchitl, Fernando de (2011). Historia de la nación chichimeca. Barcelona
Cervantes de Salazar, Francisco (2008). Crónica de la Nueva España. Volumen II. Barcelona
Chavero, Alfredo (1888). «Tomo I. Historia antigua y de la conquista». En Vicente Riva Palacio. México a través de los siglos. México
Cortés, Hernán (2003). Cartas de relación (Mario Hernández Sánchez-Barba edición). Madrid
Díaz del Castillo, Bernal (2007). Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. México
León-Portilla, Miguel (2008). Visión de los vencidos. México
López de Gómara, Francisco (2006). Historia de la conquista de México. México
Martín Gomez, Pablo (2001). Hombres y armas en la conquista de México. Madrid
Prescott, William H. (2000). Historia de la conquista de México. México
Solís y Rivadeneyra, Antonio de (1996). Historia de la conquista de México. México
Thomas, Hugh (2007). La conquista de México. El encuentro de dos mundos, el choque de dos imperios. México
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Otumba

lunes, 17 de junio de 2019

José Aguirre Matiol


JOSÉ AGUIRRE MATIOL
Luiso Fernández

Esta antigua calle del otrora municipio de Villanueva del Grao fue conocida con el nombre de Atarazanas por el hecho evidente de encontrarse allí el edificio donde se reparaban y construían las embarcaciones. Pero en 1913, una vez anexionados desde 1897 el Pueblo Nuevo del Mar y Villanueva del Grao, y para evitar la duplicidad de nombres de calles en el mismo término municipal, el Ayuntamiento acordó rebautizar la calle de las Atarazanas con el nombre de José Aguirre.

La inscripción que hay en el pedestal del busto dedicado José Aguirre Matiol (Valencia, 1842 – 1920) en el puerto de Valencia reza: A José Aguirre Matiol, iniciador de la exportación naranjera en 1870. Y así es, este comerciante hijo de Villanueva del Grao, es reconocido en nuestra ciudad por ser el pionero en la exportación de naranja y demás frutas, hortalizas y legumbres frescas desde el puerto de Valencia hasta Francia, Gran Bretaña y Holanda en el siglo XIX.

Consignatario de buques, dedicó su vida al comercio marítimo, donde además de iniciar la exportación de frutas y verduras, José Aguirre introdujo el embalaje en cajas, la envoltura de la fruta en papel cebolla y la estampación de la marca que tanto ayudo a reconocer la naranja valenciana allende de nuestras fronteras.

Pero la vida extra profesional de Aguirre Matiol aún fue más intensa. Alternó la actividad del comercio marítimo con el cultivo de la poesía y las letras. No en vano fue discípulo de Vicente Boix y condiscípulo de Llorente y Querol, con los que inició el renacimiento literario de la Lengua Valenciana. Fue socio fundador de Lo Rat Penat y convirtió su caseta de Bétera, conocida como la Caseta Blanca, en un santuario de las letras valencianas donde celebraba fiestas literarias junto a sus amigos e insignes literatos como los propios Querol y Llorente, junto a Pizcueta, Ferrer y Bigné, Labaila o Escalante.

Para más información:
Fernández Gimeno, Luis (2019): Carrers Il·lustrats. Ajuntament de València

lunes, 10 de junio de 2019

La moda de tomar baños en Valencia


MODA DE TOMAR BAÑOS EN VALENCIA
Por Rafa Solaz

El historiador Escolano decía en sus Décadas (1610), refiriéndose a la tradición de los valencianos que tenían de acudir a la playa del Grao a los baños de mar:

Los ciudadanos de Valencia empalagados de tenerla siempre delante de los ojos, arde de ordinario la sed en ellos de salir a verla, espoleados de aquella poca privación; y metiéndose en infinidad de coches y carrozas, que deben pasar de dos mil, forman por tierra cada día en los veranos una armada apacible y terrestre navegación”.

Algo más tarde, José Antonio Cavanilles describe en sus Observaciones (1793) el veraneo de los valencianos en las playas del Grau y del Cabanyal:

Allí acuden los de la capital a bañarse, cuyo prodigioso concurso aviva aquel recinto, ya de suyo interesante por el movimiento de las aguas y los buques que se descubren. Los años pasados iban y volvían comúnmente en el mismo día por la facilidad que ofrecen centenares de calesines y otros carruajes apostados para este fin en las puertas de la ciudad. Ya muchos, contagiados de la frescura y amenidad del sitio, suelen permanecer algunos días alojados en las chozas de los pescadores. Aumentándose con el tiempo la pasión y el número de concurrentes, varios sujetos acaudalados, no contentos con el alojamiento de las chozas, han construido sucesivamente edificios espaciosos en los que se hallan las comodidades, los adornos y hasta el lujo de la capital. Júntanse allí en estío personas brillantes de ambos sexos, viven en libertad, sin etiquetas, y en diversión continua.”

No sólo los valencianos acudían a las playas a tomar baños. También personajes de alta alcurnia se acercaban a veranear a las playas valencianas. El reconocido pintor Francisco de Goya vino en el año 1790 a Valencia junto a su esposa a tomar baños en la playa del Cabanyal por prescripción facultativa. Pocas décadas después, en el año 1835, vinieron los infantes Francisco de Paula y su esposa Luisa Carlota, quedando prendados de la maravillosa experiencia y repitieron al verano siguiente. Se da la circunstancia que les acompañaba un enorme séquito compuesto por casi cuarenta personas que tuvo problemas de alojamiento, teniendo que repartirse entre el Cabanyal y la ciudad.

Entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, los veraneantes pertenecían a la clase media, dados a la comodidad, la diversión y al ocio. Más tarde, se revistió de tintes aristocráticos, muy influenciados por la moda de París, esmerando la indumentaria y las costumbres veraniegas, pasando de habitar en la temporada estival de las barracas y alquerías, por la construcción de una segunda residencia en la Malvarrosa. Este glamour chocó con la sencillez de los marineros y sus familias, lo que produjo un distanciamiento entre ambos.

La ribera de la playa tiene su sección pintoresca simpática, pasado el Cabañal; la campiña con las malvas, rosas y blancas que parecen espolvorear de estos colores las frondosas extensiones planas; las palmeras sombreando la barraca, esas viviendas de techos agudos como naipes doblados por la mitad, con su cruz de madera y la cal viva de la fachada y la escopeta colgada en el golpete de la puerta.” (Durand Vigneau, Valencia, 1900).

Cuando el sol comenzaba a caer, la merienda se hacía presente para los bañistas. En ese momento hacían su aparición improvisados vendedores ambulantes que ofrecían sus mejores productos para la merienda. Las jóvenes portaban un cántaro o cesto bajo el brazo con agua recién sacada del pozo o pasteles dulces o salados, otros pregonaban aigua cibà (horchata), cacahuetes, altramuces o habas hervidas; las galleteres, mujeres que vendían galletas en un cestillo al grito de ¡Salades i dolçes!, y el barquillero, que invitaba al juego de la ruleta ofreciendo como premio los barquillos. Los populares cocoteros que en la cesta que solían llevar en la cabeza, portaban cocotets, una bota de vino y el tradicional pastel de pescado, una especie de empanada de pescado en forma de media luna, que vendía al grito de ¡Cocots i vi cavallers!. También hacían su aparición fotógrafos que, cámara y trípode en mano, recorrían las playas para realizar retratos personales o familiares y vender la copia respectiva.

La concurrencia de bañistas provocó un curioso auto de la Real Audiencia fechado el 22 de agosto de 1803. Los horarios de los baños se establecían desde las horas de madrugada hasta las siete de la mañana, a partir de la cual se prohibía el baño, con toda seguridad, para facilitar las tareas de pesca. A las once se permitía nuevamente hasta la una. Luego, más tarde, desde las primeras oraciones hasta las diez de la noche.

PARA AMPLIAR INFORMACIÓN:
Solaz Albert, Rafael (2006): El Marítim. Paseo costumbrista a través de antiguas tarjetas postales.
Blasco, Rafael (1859): “El Cocotero”, en Los valencianos pintados por sí mismos, Valencia.
Vidal Corella, Vicente (1979): Las barracas del Cabañal. “Las Provincias”, 5 de agosto de 1979.
Vidal Corella, Vicente (1977): El veraneo en el Cabañal de antaño. “Valencia Atracción”, julio 1977.

lunes, 27 de mayo de 2019

La Marina Auxiliante y el Progreso Pescador


LA MARINA AUXILIANTE Y EL PROGRESO PESCADOR
Por Toni Sanchis

El Cabanyal nació para la pesca. La pesca es lo que le confiere sus señas de identidad. Es muy fácil defender esta afirmación ya que la mayoría de los actuales habitantes del Cabanyal tienen parientes que han sido marineros, pescadores o calafates. Y muchos ostentan sus apellidos con orgullo: Bru, Lacomba, Ballester, Leyba, Bens, García Tormos, Palau, Gay, Gallart, Ferrer, Belenguer, Fosati…


Casa dels bous del Progreso Pescador

Hay dos huellas, una muy nítida y otra más difuminada, que constatan la decisiva importancia de la pesca en el Cabanyal: la primera, el monumental edificio de la Lonja del pescado en la calle Eugenia Viñes, con su adjunta Casa dels bous en la calle de Pescadores, conjunto arquitectónico e histórico que, a base de luchas en los despachos y en la calle, va a ser conservado en su integridad. Ésta es una de las dos lonjas y casas dels bous, fundada y dirigida por los patronos.

Pero ya a principios del siglo XIX la lucha entre patronos y obreros alcanzaba momentos álgidos, que en este caso tenían muchas connotaciones familiares, pues aquí todo el mundo se conocía.


Casa dels bous de La Marina Auxiliante

De hecho, a los diferentes miembros de las cooperativas se les conocía como els biberons (amamantados por los patronos) y els socis (cooperativistas del Progreso). Pero el caso es que los simples pescadores creían (¿dónde hemos oído eso?) que los patronos abusaban de ellos y se creyeron capaces de montar por su cuenta otra cooperativa de pesca semejante a la patronal. Claro que no les faltó la ayuda del blasquismo, opuesto tanto al caciquismo como a la intolerancia religiosa y a la monarquía. El caso es que, a base de echar el anzuelo por los despachos, consiguen que se apruebe su sociedad, a la que llaman El Progreso Pescador. De su lonja y de su propia casa dels bous sólo se conserva una fachada, frente a las Termas Victoria. En cambio, se conserva prácticamente idéntica su Cooperativa de consumo, El Casinet, del camino del Cabanyal.

Después de la guerra, las dos sociedades se fusionaron y siguieron trabajando conjuntamente en el puerto.

lunes, 13 de mayo de 2019

Víctor Gosálvez Gómez (1888-1965)

Víctor Gosálvez Gómez (1888-1965)
Por Rosa Pastor Villa


Víctor Gosálvez Gómez [nota 1] nació en Pueblo Nuevo del Mar (Valencia), el día 19 de abril de 1888 en la calle de San Andrés de El Cabanyal. Hijo del maestro de obras Juan Bautista Gosálvez Navarro y Desamparados Gómez Ramírez, nieto por línea paterna de José Gosálvez Ramón y de Ignacia Navarro Cualladó y por la materna de Juan Antonio Gómez Beltrán y Vicente Ramírez Estopiñá. Fue el menor de siete hijos y según el padrón de 1924, residía en la calle de la Libertad (actualmente Reina). Contrajo matrimonio con Buena Guía Sobrino Leonardo y tuvieron una hija llamada María Desamparados Gosálvez Sobrino; el matrimonio fijó su residencia en una vivienda situada en el Camino de la Malvarrosa nº 6.

Figura 1. Víctor Gosálvez. Archivo familiar

Realizó [nota 2] sus primeros estudios en Valencia y los cursos preparatorios en las Universidades de Valencia y Barcelona. Posteriormente se trasladó a la Escuela de Arquitectura de Madrid donde aprobó las materias de los dos primeros cursos de asignaturas según el Plan de 1896. En 1909 vuelve a Barcelona para completar los estudios de su carrera que culminó en el verano de 1911; obtuvo el título profesional el 22 de febrero de 1912. Las Actas de Colegiación del Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia reflejan que los únicos arquitectos que empezaron a ejercer en el año 1912 fueron Víctor Gosálvez y Miguel Bonet Sáenz; uno año después obtendría su título Javier Goerlich. [Nota 2]

Destacó su actividad como arquitecto viviendista en los poblados marítimos. Junto con su padre Juan Bautista Gosálvez y el arquitecto Ángel Romaní, realizó la mayor parte de proyectos de nueva planta y reedificaciones que se hicieron en el Cabanyal durante del período de 1900-1936 (Pastor, R. 2016), coincidiendo con la aplicación de la Normativa Municipal que prohibió construir nuevas barracas.


Figura 2. Vista actual Patronato Musical Pueblo Nuevo del Mar (Pastor 2012)

En 1915 redactó un estudio constructivo sobre la barraca de la vega valenciana como tema de investigación para un tribunal de oposiciones. Este trabajo fue la base de la ponencia Intervención del arquitecto en la arquitectura rural y medios para conseguir en ella un fin artístico, presentada en 1917, junto con Antonio Martorell y Francisco Mora, al Congreso de Arquitectos de Sevilla, representando a la Asociación de Arquitectos de Valencia. La investigación fue una gran aportación científica y base de todos los estudios sobre la barraca realizados posteriormente.

En 1918 regresa a Valencia y recibe el encargo de Cristóbal Miravet para proyectar unos almacenes en la calle Francisco Cubells (Grao), edificio inspirado en el racionalismo arquitectónico centroeuropeo. Ese mismo año realizará también el proyecto de los Docks comerciales del Puerto de Valencia que representa la obra más importante de su carrera profesional. El proyecto consistía en un edificio de cinco plantas destinado a la comercialización a gran escala de las mercancías de importación y reemplazaba un primer proyecto de menores dimensiones realizado años antes; la construcción permaneció inconclusa a la altura del segundo piso.

En diciembre de 1922 fue comisionado por Manuel Ayora para construir un edifico de siete plantas en la avenida del Puerto nº 360, cuyas fachadas en ángulo diedro se caracterizaban por la gran extensión de los miradores de obra que cubrían casi todo el piso principal. Un proyecto posterior de 1923 introdujo algunas modificaciones, eliminando la mayor parte de los miradores el sistema de iluminación del hueco de la escalera.

El 27 de Enero de 1922, Víctor Gosálvez y Ángel Romaní presentaron un proyecto para construir 22 casetas de baños para señoras, 14 casetas de baños para caballeros y 9 merenderos entre Las Arenas y los Docks del Puerto. El proyecto fue aprobado por Real Orden de 6 de Octubre de 1924.
En 1926 proyectó 68 viviendas en la c/ Eugenia Viñes para la Sociedad Marina Auxiliante si bien el proyecto definitivo lo realizó el arquitecto Julio Peris.

En 1927 proyecta tres edificios de viviendas, la casa Noguera en Hernán Cortés nº19, perteneciente al Ecleticismo Internacional; La casa Dinnbier y la casa Gómez Úbeda situada en la esquina de Císcar y Conde Altea perteneciente al estilo neobarroco regionalista.

En estos años realizó algunos edificios públicos como Las Escuelas Católicas de Niñas del Canyamelar (1926), dos años después la sede central (1928) y el salón de actos (1929) del Patronato Musical de Pueblo Nuevo del Mar.


Figura 3. Proyecto de casa en la calle de los Ángeles. Arquitecto Víctor Gosálvez. (Archivo Particular)

Fue elegido Decano del Colegio de Arquitectos en 1935, siendo homenajeado ese mismo año por el éxito en las gestiones realizadas en Madrid en la delimitación de las atribuciones de los aparejadores.

Era contrario al proyecto de Avenida de Valencia al Mar y así lo demuestra un documento dirigido al entonces Alcalde de la ciudad de fecha 13 de Marzo de 1953 [Nota 4].


Nota: la biografía de Víctor Gosálvez es parte de la Tesis realizada por la autora, El Cabanyal: lectura de las estructuras de la edificación. Ensayo tipológico residencial 1900-1936. Publicada en València por la Universitat Politècnica de València con el apoyo de la Generalitat Valenciana Conselleria d'Habitatge, Obres Públiques i Vertebració del Territori. ISBN 978-84-9048-498-2



1. El Cabanyal: lectura de las estructuras de la edificación. Ensayo tipológico residencial 1900-1936. València. Universitat Politècnica de València. ISBN 978-84-9048-498-2. (Pastor Villa, R. 2016)
2. “La arquitectura del eclecticismo en Valencia” (Daniel Benito Goerlich  1983, 306-308)
   “Eclecticismo tardío y Art D’ Eco  en la ciudad de Valencia (1926-1936)” (Amadeo Serra Desfilis 1996, 232-234) 
3. Javier Goerlich LLeó Arquitecto (1886-1913-1972) (Chapapría y  Almazán 1982,7-8)
4 …El actual, corta la población por zona menos extensa, pero mucho más rica…el actual hace desaparecer el Mercado de Pescado de La Marina Auxiliante con sus frigoríficos y casa Social, primer edificio construido en nuestras Playas; instalaciones éstas, necesarias para la industria de la Pesca y que no pueden trasladarse a otro lugar, han de estar junto al Mar.

lunes, 6 de mayo de 2019

Semana Santa


SEMANA SANTA
por Pepe Martorell Damiá

“La Semana Santa Marinera de 2019 ya es historia. ¡Y vaya historia! La lluvia impidió que salieran las procesiones desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección. Las calles estaban vacías y tristes, mientras la población echaba en falta la fiesta que desde tiempos inmemoriales se celebra en el Marítimo: La Semana Santa Marinera de València.

Una Semana Santa que es marinera porque nació cerca de la mar, de la fe de las mujeres y los hombres de la mar y se celebra en las calles de los barrios marineros de nuestra ciudad.

Aunque no existen documentos que lo acrediten, la tradición dice que fue San Vicente Ferrer quien impulsó las procesiones. El primer documento escrito que atestigua las procesiones es una anotación en las actas del Ayuntamiento de la Vilanova del Grau de 1735 recogiendo el gasto en palmas, ramos y aleluyas para el domingo de Ramos.

Fue en 1847 cuando en un artículo titulado “Costumbres españolas. De la Semana Santa en varios pueblos de Valencia, incluso esta ciudad” (1), Basilio Sebastián Castellanos de Losada informa que en el año 1792, también en la Vilanova del Grau, fue fundada una agrupación, con el nombre de Concordia de Jesús Nazareno, integrada por una compañía de granaderos y otra de soldados romanos. De esta manera nacía la trilogía que ha caracterizado a la Semana Santa Marinera. Romanos acompañando la imagen del Nazareno.  Granaderos custodiando la Dolorosa y las Vestas  con la imagen del Cristo.

Con la erección de las parroquias de Nuestra Señora del Rosario, en el Canyamelar, y de Ntra.Sra. de los Ángeles, también arraigaron las procesiones en dichos barrios. Desde entonces, todos los años, cuando llega la primavera las procesiones de la Semana Santa Marinera recorren las calles del Marítimo, atrayendo a numeroso público.

En próximas entregas iremos dando cuenta de las singularidades de esta fiesta, tradiciones, imagineros, gastronomía…que esperamos sean de interés del lector.”     

1.                   Museo de las Familias, tomo V (Madrid). Pags 61-66