martes, 27 de noviembre de 2018

Dionisio Bello Romero


Dionisio Bello Romero
Por Pep Martorell

Dionisio Bello Romero
Vilanova del Grau ? -  1858
Comerciante


AGUAS DEL TURIA
DERRAMA ESTA FUENTE
POR LOS ESFUERZOS DEL MUNICIPIO DE VALENCIA
LA COOPERACIÓN DE ESTA VILLA
Y EL LEGADO DE 80.000 R.S. DE
DON DIONISIO BELLO.
3 DE MAYO DE 1859

Los transeúntes que acuden a calmar su sed en la fuente adosada a la torre-campanario de la iglesia de Santa María del Mar, cerca de donde la avenida del Puerto se entrega a la dársena interior, pueden leer este testimonio que agradece a Dionisio Bello Romero, su empeño y su donación para lograr la conducción de agua potable desde Valencia hasta la Vilanova del Grau.

Se tienen pocas noticias acerca de su vida privada y familiar. Se sabe que nació en el entonces municipio independiente de la Villanueva del Grao, donde vivió en la calle Mayor y tenía arrendado un horno, que tenía una barraca en los alrededores de las calles Comercio y San Antonio y que estaba casado con Joaquina Liñán, hermana del Canónigo Liñán, también nacido en el Grao, artífice de la creación del servicio de agua potable en la ciudad de Valencia. Poco más.

Hay que recordar que el Canónigo Liñán, su cuñado, trabajó para que el agua potable llegara a la ciudad, inaugurándose el 18 de septiembre de 1850, la primera fuente instalada en la plaza del Negrito. La ciudad reconoció en 1848 el empeño del Canónigo Liñán, rotulando con su apellido la calle que transcurre desde la avenida de María Cristina hasta la calle de Calabazas. Un siglo más tarde, en 1977, en los jardincillos inmediatos a la Basílica de la Virgen de los Desamparados, se le erigió un sencillo monumento cuya rotulación informa que “La Sociedad de Aguas Potables y Mejoras de Valencia costeó esta fuente como homenaje al promotor del primer abastecimiento de la ciudad”.



Sin duda por la natural influencia familiar, el objetivo del Canónigo Liñán de traer el agua a Valencia, encontró su complementariedad en la decisión de Dionisio Bello de trabajar en la modernización del Grao, acercando el servicio de agua potable. A ello dedicó muchos de sus esfuerzos, así como una importante cantidad de fondos.

Afortunadamente, Dionisio Bello debía ser buen conocedor de las dificultades, retrasos y problemas administrativos que suelen complicar la finalización de las grandes obras. Tal vez consciente de su inminente fallecimiento, quiso asegurarse de la realización de su proyecto, ratificando en su disposición testamentaria, su firme decisión de ayudar a la venida del agua potable, si bien incluyendo una cláusula por la que manifestaba que dicha donación quedaba sujeta a que las obras concluyeran antes de un año después de su muerte.

Efectivamente, su fallecimiento el 5 de mayo de 1858, le impidió presenciar la realización de su sueño: la llegada del agua potable al Grao, que se haría realidad un año más tarde.  Sin embargo, su estrategia iba a dar el resultado deseado y el 3 de mayo de 1859, festividad del Santísimo Cristo del Grao, con toda solemnidad, se procedió a la inauguración de la fuente, con asistencia de numerosas autoridades de Valencia y de la Villanueva del Grao, acto que fue solemnizado con la presencia de una compañía del ejército y amenizado por una banda de música.

Al día siguiente, el Diario Mercantil de Valencia describía el Grao con todos los balcones engalanados “los buques anclados en el puerto y los que se hallaban varados en la playa no estaban empavesados porque sus banderas, pabellones y flámulas, adornaban las calles”.

A la memoria de Dionisio Belló, el Ayuntamiento rotuló una calle, perpendicular a la Avda. del Puerto, casi enfrente de la misma fuente.

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